2.3. Descomposición
En la resolución de problemas complejos, una habilidad fundamental es saber dividir este problema en problemas más sencillos, cuya resolución conduce a la solución.
La descomposición es una habilidad aplicada en muchos ámbitos de la vida, como en la organización de un viaje familiar (definición del presupuesto, compra de los billetes de avión, reserva de las habitaciones de hotel, programación de las jornadas, etc.). A menudo, en las clases de matemáticas se aplica de forma natural cuando un problema requiere varias operaciones para encontrar datos que permiten realizar otras operaciones que darán lugar a la respuesta final.
La descomposición es una habilidad clave para hacer frente a la programación de cualquier proyecto. Por ejemplo, un equipo de programadores no puede abordar la programación de un videojuego como una sola labor. Requiere una planificación del trabajo que divida el videojuego en tareas más pequeñas y asumibles que permitan ir completando el proyecto de forma razonable. En este mismo sentido, el alumnado de primaria necesita aplicar esta habilidad para descomponer las tareas complejas planteadas en una serie de pasos e irse acercando a la solución final de una forma más sencilla y alentadora.
En la figura 2 se presenta un juego elaborado con Scratch. El objetivo del juego consiste en llegar a los diez puntos haciendo clic en el personaje que se va moviendo aleatoriamente por la pantalla a una velocidad de una posición por segundo. Esta tarea la podemos fragmentar en tres retos más sencillos:
- Elaborar un código para que el personaje se mueva aleatoriamente por la pantalla cada segundo.
- Crear un marcador para que aumente su valor cuando se clique sobre el personaje.
- Establecer una condición para que el programa esté pendiente de cuando el marcador llegue a diez puntos. En ese momento, el personaje debe decir «¡Has ganado!».
De esta forma, la realización del juego se simplifica resolviendo tres retos que por separado son más asumibles.